Carl Sagan fue un astrónomo estadounidense y divulgador científico.
Carl Sagan participó activamente en el proyecto “Apolo 11”
en 1969 y en la misión “Mariner 9” a Marte (1971).
También formó parte de los proyectos “Pionner” (1972) y
“Voyager” (1977), sondas que, después de explorar los
planetas más alejados del sistema solar, debían viajar
indefinidamente por el universo.
Dijo Sagan en su última entrevista de PBS en 1996:
"La ciencia es más que un conjunto de conocimientos.
Es una manera de pensar, una manera de interrogar
con escepticismo al universo con la delicada comprensión
de la falibilidad humana o la posibilidad de equivocarse".
El 14 de febrero de 1990, la sonda espacial Voyager 1
siguiendo una sugerencia de Carl Sagan, tomó una
fotografía de la Tierra desde unos
6.050 millones de km de distancia.
Esa imagen, en la que nuestro planeta
aparece como un pequeño punto de luz
inspiró a Sagan su libro 'Un punto azul pálido'
y se convirtió rápidamente en una de las imágenes
más emblemáticas e influyentes de la historia de la ciencia.
“Mira ese punto.
Eso es nuestro hogar.
Eso somos nosotros.
Ahí ha vivido todo aquel de quien
hayas oído hablar alguna vez, todos
los seres humanos que han existido.
La suma de todas nuestras alegrías y sufrimientos,
miles de religiones seguras de sí mismas,
ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector,
cada héroe y cada cobarde, cada creador y destructor de
civilizaciones, cada rey y cada campesino, cada joven pareja
enamorada, cada niño esperanzado, cada madre y cada padre,
cada inventor y explorador, cada maestro moral,
cada político corrupto, cada “superestrella”,
cada “líder supremo”, cada santo y cada pecador
en la historia de nuestra especie vivió ahí:
en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol.
La Tierra es un muy pequeño escenario
en una vasta arena cósmica.
Piensa en los ríos de sangre vertida por todos esos generales
y emperadores, para que, en gloria y triunfo, pudieran convertirse
en amos momentáneos de una fracción de este punto.
Piensa en las interminables crueldades cometidas
por los habitantes de un lugar del punto sobre los apenas
distinguibles habitantes de alguna otra parte del punto.
Cuán frecuentes sus malentendidos, cuán ávidos están
de matarse los unos a los otros, cómo de fervientes
son sus odios. Nuestros posicionamientos, nuestra
supuesta importancia, el espejismo de que ocupamos
una posición privilegiada en el universo.
Todo eso lo pone en cuestión ese punto de luz pálida.
Nuestro planeta es un solitario grano de polvo en la gran
penumbra cósmica que todo lo envuelve.
En nuestra oscuridad —en toda esa inmensidad—, no hay
ni un indicio de que vaya a llegar ayuda desde algún otro lugar
para salvarnos de nosotros mismos.
Dependemos sólo de nosotros mismos.
La Tierra es el único mundo conocido hasta ahora que alberga vida.
No hay ningún otro lugar, al menos en el futuro próximo,
al cual nuestra especie pudiera migrar.
Visitar, sí. Colonizar, aún no.
Nos guste o no, en este momento la Tierra
es donde tenemos que quedarnos.
Se ha dicho que la astronomía es una experiencia de humildad,
y yo añadiría que también forja el carácter.
En mi opinión, no hay mejor demostración de la locura que es la
soberbia humana que esta distante imagen
de nuestro minúsculo mundo.
Para mí, recalca la responsabilidad
que tenemos de tratarnos los unos
a los otros con más amabilidad y
compasión, y de preservar y querer
ese punto azul pálido, el único hogar
que jamás hemos conocido…”
“Nuestro planeta es muy frágil,
hay que tratarlo con cariño.”
(9 de noviembre de 1934 – 20 de diciembre de 1996).